Sector laboral, herramienta para "silenciar" críticas en Cuba, denuncia AI

El sector laboral en Cuba, donde el Gobierno ejerce como el empleador mayoritario, es utilizado como una herramienta de "represión" destinada a "silenciar" a aquellos que son considerados críticos con las autoridades, revela Amnistía Internacional (AI).

México, 16 nov (EFE).- El sector laboral en Cuba, donde el Gobierno ejerce como el empleador mayoritario, es utilizado como una herramienta de "represión" destinada a "silenciar" a aquellos que son considerados críticos con las autoridades, revela Amnistía Internacional (AI).

El informe, divulgado hoy bajo el título "En una prisión mental", recopila casos de cubanos "expulsados, despedidos de forma discriminatoria o indebidamente" de sus empleos estatales "por haber expresado una opinión", dice a Efe Louise Tillotson, investigadora sobre la isla de AI.

Como Cuba es el único país en toda la región en la que no se permite que Amnistía realice visitas, la organización hizo su investigación a través de más de 60 entrevistas en profundidad a migrantes cubanos en la frontera norte y sur de México.

Los entrevistados, con edades que oscilan entre los 19 y los 65 años, abarcan un "amplio rango" de profesiones, entre ellas maestros, académicos, deportistas y camareros.

La investigadora comenta que uno de los aspectos destacados del informe es que los que sufren el "hostigamiento" no son necesariamente quienes "obviamente son opositores del Gobierno", sino que afecta a aquellos que realizan una crítica mucho más "sutil".

Por ejemplo, está el caso de un ingeniero que fue despedido por llevar una pulsera con la palabra "cambio", un trabajador social que se quejó de la falta de recursos y fue expulsado o un camarero que fue reprendido por no haber participado en la marcha del Día del Trabajo.

Para justificarse, el Gobierno simplemente alega que los trabajadores ya no son "confiables", de acuerdo con los testimonios. "Esto, entendemos, es una forma de decir que ideológicamente estas personas ya no son aceptables", apunta la activista.

Si una persona es despedida en esas circunstancias, prácticamente le es imposible encontrar otro trabajo en el sector estatal. A pesar de las consecuencias de estos despidos, ninguno de los entrevistados por AI dijo haber acudido a la justicia.

"Dijeron que los tribunales están claramente bajo el control del Ejecutivo", lo que va en la línea de denuncias previas de Amnistía sobre la falta de "independencia" del poder judicial, argumenta Tillotson.

Además, la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), el único sindicato oficialmente reconocido, no les da apoyo, y los sindicatos independientes "siguen sufriendo acoso, intimidación y criminalización", asevera el informe.

Poco más del 70 % de los empleos en la isla están cubiertos por el sector público. En estos últimos años, ha habido una mayor apertura en cuanto al sector privado o "cuentapropista".

Algunos de los sujetos expulsados del sector público intentaron abrir un pequeño negocio como "cuentapropistas", relata la investigadora, pero "es un sector emergente y básicamente está muy regulado por las autoridades", así que el control sigue siendo "bastante fuerte".

No encontrar un trabajo en ninguno de los dos ámbitos "en muchos casos es un elemento importante para la salida de personas" del país, porque "no tienen una forma de sostener a sus familiares".

A esto se le suma que los salarios en general son bajos -como promedio son de 27 dólares estadounidenses al mes- y, en ocasiones, insuficientes para cubrir las necesidades básicas.

De acuerdo con la activista, aproximadamente la mitad de los migrantes cubanos que participaron en la elaboración del reporte reconocieron que en otra ocasión anterior trataron de salir de la isla sin éxito.

En el informe se afirma que los últimos años han sido un periodo "agridulce" para "quienes confían en que las autoridades suavicen su política de puño de hierro con el que oprimen el derecho de la gente a la libertad de expresión y de reunión" en Cuba.

Tillotson recuerda que ha habido avances como la luz verde a la visita del Comité Internacional de la Cruz Roja o a la de la relatora especial de la ONU sobre la trata de personas.

"Para muchos, esto daba la esperanza de que (Cuba) empezara a abrirse a un mayor escrutinio internacional", aunque por otro lado, en la visita del expresidente de EEUU, Barack Obama, a la isla el pasado año, el presidente cubano, Raúl Castro, "siguió negando la presencia de presos políticos en Cuba".

Amnistía pide al Gobierno cubano que cese "las leyes y prácticas penales incompatibles con los derechos humanos y las normas internacionales" y que "deje de ejercer el poder que tienen sobre el sector laboral", dice la investigadora.

En sus recomendaciones, la organización también solicita que los trabajadores no estén obligados a participar en actividades progubernamentales, ni ser castigados por no involucrarse en ellas, y que se permita la inscripción de sindicatos independientes.

También pide al Congreso estadounidense levantar el embargo económico sobre la isla, "que socava los derechos económicos, sociales y culturales" de sus habitantes.